viernes, 20 de septiembre de 2013

Conversión de deudas de U.R. a U.I. Los puntos sobre las íes….

Conversión de deudas de U.R. a U.I.

Los puntos sobre las íes….


        Nuevamente, y como sucede en forma periódica, un legislador tuvo la idea de proponer cambiar las deudas asumidas en una moneda por otra (en este caso, Unidades Reajustables a Unidades Indexadas). Como argumento, poco original por cierto, expresó que la UR había tenido variaciones muy por encima que la UI.


       Cerca de un 40% dijo…No escuché de que periodo hablaba, pero por el porcentaje manejado, se debería estar refiriendo al periodo de gobierno del FA.
           
        Veamos ejemplos numéricos. En primer lugar, vemos una tabla con los datos del periodo de gobierno de Tabaré Vázquez y de José Mujica. En el segundo vemos lo que sucedió en la presidencia de Jorge Batlle.

Ejemplo 1:





Variación

IPC
UR
IMS

IPC
UR
IMS
Mar-05
67.33
$ 253.93
70.04




Feb-10
94.92
$ 434.87
126.13

40.98%
71.26%
80.09%








Mar-10
95.82
$ 459.84
126.50




Ago-13
124.59
$ 653.43
181.85

30.03%
42.10%
43.75%

Ejemplo 2:





Variación

IPC
UR
IMS

IPC
UR
IMS
Mar-00
125.81
$ 197.00
54.06




Feb-05
183.52
$ 219.65
60.44

45.87%
11.50%
11.82%

Datos obtenidos de www.ine.gub.uy
           
De estos dos ejemplos podemos sacar algunas conclusiones:

  1. El IPC (base de cálculo de la Unidad Indexada) varía en forma independiente a la UR y al Índice Medio de Salarios (IMS).
  2. La UR y el IMS tienen una correlación directa. Esto no podría sorprender dado que  la UR varía, por mandato legal, de acuerdo a las variaciones del IMS (Ley 13.728 de 17 de diciembre de 1968).

Además de lo anteriormente expresado, agregaré una premisa más a mi análisis: La enorme mayoría de los ahorristas del B.H.U (o llegado el caso de la A.N.V). son asalariados, por lo que sus ingresos varían en relación directa a la U.R. o al I.M.S., y sin relación alguna con el IPC (y por tanto sin relación alguna con la U.I.).

Con los datos a la vista, ¿el legislador hubiese hecho esta misma propuesta en el 2005? Obviamente que no, ya que la situación era totalmente inversa.

Esto lleva a mi primera crítica a la propuesta. Dado el carácter de los préstamos para vivienda (seguramente con plazos cercanos a los 25 años), el periodo tomado en cuenta es apenas de 1/3 del plazo total, por lo que en los otros 2/3 pudo o podrá suceder todo lo contrario, como sucedió en el lustro inmediatamente anterior. No se deberían tomar decisiones sobre asuntos que abarcan dos décadas y media por lo que coyunturalmente sucede en un periodo particular dentro de las mismas.

      Por otra parte, y asumiendo que los beneficiarios son asalariados, ¿no deberían estar más tranquilos sabiendo que sus deudas, y por tanto sus cuotas, se ajustan aproximadamente de la misma forma que sus ingresos, y no de acuerdo a un índice que les es ajeno? 
         Yo lo estaría. 
       Es la diferencia entre el calce y el descalce, diría un economista amigo, y no se refiere a los zapatos. Con la propuesta realizada por este legislador, y si estuviésemos en la presidencia de Jorge Batlle, su salario hubiese aumentado aproximadamente un 11.5%, mientras que su cuota de vivienda lo hubiese hecho en un 46%!!!

       La propuesta tuvo algún aditamento más: pasar las diferencias generadas por el cambio de actualización para el final, y una vez arribado el plazo, condonarlas (salvo esto último, recuerdan mucho a los famosos “colgamentos”, de tan triste memoria para los deudores del BHU). Argumentaba que lo que pretendía era cuidar la salud financiera de la institución. La realidad es que la “salud financiera” no queda cuidada. En tanto los deudores pagarían menos, los ingresos del BHU serían menores, y el desfasaje financiero aparecería en muy corto plazo. Esta propuesta lo que contempla es otro asunto. Al pasar esos “préstamos no reintegrables” (increíble invento uruguayo, como las ferias fijas de vendedores ambulantes!) para el final, y mientras no se condonen, SIGUEN FIGURANDO COMO ACTIVOS EN EL BALANCE DE LA INSTITUCIÓN. No se mejora la salud financiera de nadie, pero se logra un precioso maquillaje de los balances del banco, manteniendo como “activos” lo que debería ser “pérdida” (¿se acuerdan el nacimiento de los fideicomisos en este país?).

        Por último, todas estas soluciones siempre olvidan algo, o mejor dicho a alguien: olvidan a los pobres ahorristas que todavía no tienen su vivienda, y que con cada movida de estas ven más lejana su posibilidad de tenerla. Cuanto menos dinero recupere el BHU (o la ANV, llegado el caso) menos dinero tendrá para financiar nuevos emprendimientos. Salvo que, y siempre hay un “salvo que”, el BHU sea asistido por el gobierno con dineros frescos. Estos dineros provendrían de nuestros impuestos y al ser destinados a estos menesteres, otros menesteres se dejarán de hacer. O deberán aumentar la carga impositiva.

Y si esto sucediese, todos nosotros, los contribuyentes (propietarios, inquilinos, o sin techo, independientes, asalariados o desocupados), terminaríamos financiando las viviendas de quienes no paguen el préstamo contraído en las condiciones pactadas.

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