martes, 31 de diciembre de 2013

Resumen de deseos.


martes, 24 de diciembre de 2013

Limpiando prontuarios. Los puntos sobres las íes…

Limpiando prontuarios.
Los puntos sobres las íes…


Lindo relajo se armó sobre fin de año. Justo a tiempo para que el alcohol de las fiestas y calor del verano logre que lo olvidemos en poco tiempo. Es por eso que prefiero reflexionar sobre esto ahora, que aún están sobrios. J

Vayamos por partes.

Lo primero que se debe abordar es el punto del delito en sí. El “abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley¿Es un delito bien tipificado? ¿Es un delito que debiera existir en un estado democrático? Las respuestas, a mi entender son bastante simples: No y No.
El primer “NO” es fácil de explicar. Basta una simple lectura de su redacción para ver que de la misma no surge en forma clara, contundente, sin que presente dudas, cual es la conducta que se quiere castigar. Utiliza términos que en derecho se llaman “conceptos jurídicos indeterminados”, los cuales son llenados por el juez de turno de acuerdo a su experiencia, a la experiencia de otros jueces y al sentir social, Realmente un atropello. Nada garantista. Y con construcciones lógicas que no resisten el menor análisis. Por ejemplo, comete “Abuso de funciones en casos no previstos especialmente por la ley” “el funcionario público que con abuso de su cargo…”. Es decir, comete abuso el que abusa… lo que es lo mismo que no decir nada. No es posible definir algo utilizando ese mismo algo.
Hasta el propio nombre es absurdo. Previene de los delitos no previstos en la ley, por lo que como éste delito está previsto en una ley (el Código Penal), no es alcanzable por sí mismo!!!
El segundo “NO” hace a los propios derechos individuales. Uno de los mayores avances del derecho (y por tanto del respeto de la personalidad humana) fue la Ley escrita. La Ley escrita, y por tanto pública, permanece inmutable hasta que expresamente se modifique. Eso permite que los ciudadanos la conozcamos, y que por tanto, podamos saber, antes de hacerlas, que conductas nuestras están permitidas y cuales serán castigadas. Pero para que esto suceda, las conductas prohibidas deben estar descritas con precisión, no en forma aproximada o genérica. Cumplido esto, no estaremos a la decisión de una autoridad arbitraria que decida por sí y ante sí si merecemos un castigo o no. Si nos comportamos exactamente como la previsión legal, seremos castigados, caso contrario, no.
No en vano los estados democráticos modernos le dan al principio de legalidad en materia penal el rango de garantía a los derechos humanos. Este principio lo que viene a decir es que únicamente la Ley puede establecer que una conducta es un delito. Nos aleja de la arbitrariedad de la autoridad que juzga nuestros actos. El derecho penal, en tanto pone en juego unos de los derechos más importantes del ser humano (su libertad) debe ser muy cuidadoso en determinar en que casos se le podrá quitar. Se debe establecer claramente cuales son esas circunstancias, sin dejar lugar a interpretaciones ajenas a la propia ley. No puede depender nuestra suerte del juez que nos toque.

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El otro punto que ha disparado estas reflexiones es el hecho que, al parecer y  según trascendidos de tuiter (?), estarían tratando de derogar este delito para limpiar el prontuario de dos personas.
La realidad es su derogación limpiaría el prontuario de muchos más, y de varias tiendas políticas. Eso lo iremos viendo al analizar como se alinean las votaciones en las Cámaras… Como dijo Benedetti, somos muchos más que dos.

Y sobre esto surgen un montón de nuevas reflexiones…

Partiendo de la base que este delito debe ser derogado, ¿es este el momento justo para hacerlo? Leyendo actas de la Cámara de Senadores del año 2007, tratando la derogación de este delito en base a un proyecto de un único artículo presentado por el Dr. Sanguinetti, los Drs. Breccia y Korseniak entendían  que aquel no era el momento dado que existían causas pendientes en la justicia. Que si bien eran partidarios de su derogación, proponían pasarlo a estudio de la Comisión a cargo del nuevo Código Penal. Una manera elegante de ponerlo a dormir.
El Senador Michelini fue más drástico. Manifestó que “…no soy partidario de derogar el artículo… personalmente, prefiero hacerle las modificaciones necesarias para que sea más preciso… Por supuesto, cada uno tendrá su propia opinión acerca de lo que han determinado los Jueces sobre este tema, pero lo cierto es que en varias oportunidades se ha tipificado con esta figura penal situaciones absolutamente inexplicables de manejo de los dineros públicos, que le han ocasionado un verdadero perjuicio a la Administración… No quisiera que por el hecho de que el artículo no es preciso le quitemos herramientas a los Jueces, cuando a la vista está que se ha cometido un delito en el manejo de los dineros públicos...”.
Y es posible que algunos actores que en ese entonces querían derogarlo, hoy tomen el argumento de que no es el momento oportuno.
Sin duda que es bueno que las personas cambien de opinión, de eso no puede haber dudas, pero…
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Otro tema que sorprende es la cantidad de archivos policiales y judiciales que han salido al ruedo.
Parecería ser que cuanto más se enchastra al rival, más limpio queda uno. Grave error. Lo único que logran es quedar todos sucios. Que el otro haga lo mismo que yo no santifica mi conducta. Si así no fuera, los delincuentes presos, que están rodeados de otros delincuentes presos, estarían pidiendo su libertad inmediata, y deberíamos concedérselas, no?
Que difícil es para algunos admitir los propios errores cuando son tan hábiles en marcar los errores ajenos.
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Por último no me queda más que pensar en los indagados. Si fueran salvados por una sanción ultra rápida del nuevo Código Penal, siempre quedará en el imaginario colectivo eso, el que fueron salvados en el anca de un piojo. Y seguramente el nuevo código Penal pasará a llamarse el Código Lorenzo, o algo similar. Claramente no se lo merece. Tal vez debamos dejar actuar a la justicia, esperar el pronunciamiento de la Corte (el cual, dado los antecedentes jurisprudenciales, es previsible) y eventualmente el fallo de la jueza. Tal vez dicte un auto de procesamiento. Tal vez no. Pero si no dejamos que la justicia se exprese, el manto de duda será permanente. Y el descreimiento de la “clase política” también.
E incluso si se dictase finalmente un auto de procesamiento, votemos el nuevo Código Penal ese mismo día. Deroguemos el delito y limpiemos sus fichas. Sería harto comprensible limpiar la ficha cuando la mancha es en virtud de algo que no debió existir. Pero no lo sería tanto el dejarles una mancha por una derogación apresurada.


FELICES FIESTAS Y HASTA EL AÑO QUE VIENE….O NO.

jueves, 5 de diciembre de 2013

PISA al tacho… Los puntos sobres las íes…

PISA al tacho…
Los puntos sobres las íes…


Nuevamente saltó a la palestra el tema de la educación. Y nuevamente de la mano de los malos resultados logrados. Como no soy de los que apoyan la teoría de “cuanto peor, mejor”, debo manifestar que los resultados obtenidos me apenan. Y no me apenan por mí, ya que a la luz de la performance de nuestros estudiantes no veo que me aparezca competencia de relevancia en un corto plazo. Me apena sí por mi hijo, y por los hijos de todos aquellos que los tienen. Me apena por las generaciones perdidas. Y más me apena por mi país en su conjunto.
Un país chico como el nuestro, sin grandes recursos naturales, sin grandes industrias o sin grandes desarrollos en ciencia y tecnología, para diferenciarse y triunfar sólo puede apostar a la excelencia en lo que hace. Y para esto necesitamos gente educada, otras que sepan educar, y por último también necesitamos personas con capacidad de ser educadas. Creo que fallamos en los dos últimos rubros.
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Nuevamente salió a la palestra el tema de la educación. Y nuevamente empezamos a escuchar justificativos para estos magros resultados. Hasta he escuchado que los responsables últimos del fracaso (o al menos corresponsables) son los padres de los muchachos! Parecería ser que como ahora las madres también salen a trabajar, descuidan a los chicos, y por tanto éstos no aprovechan la educación que se les brinda. Pero señores, las madres salen a trabajar aquí, y en casi todos los países del mundo, o al menos, en aquellos países que ocupan las primeras posiciones en el ranking PISA (tal vez con la excepción de alguna monarquía islámica). Y aunque esto realmente fuese una justificación de los resultados, el fracaso no se estaría dando por este seudo-abandono, sino que en definitiva el fracaso sería por no haber tomado estos datos de la realidad al considerar el diseño de los sistemas o la metodologías de enseñanza.
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Nuevamente salió a la palestra el tema de la educación. Y nuevamente empezamos a escuchar justificativos tendientes a desacreditar la prueba por estar diseñada para otras realidades. Pero basta mirar a los países ubicados arriba nuestro para ver que  existen de Asia, América, y Europa; de mayoría protestante, católica, budista, judía y musulmana; estados confesionales, laicos y ateos, de derecha y de izquierda, democráticos y no tanto, muy poblados o casi despoblados, de muy altos PBIs y PBIs bajos, de IDH muy bueno y no tanto… ¿Acaso los uruguayos seguimos considerando que somos tan especiales? ¿Somos acaso marcianos?
Aún cuando se acepte por un rato esta hipótesis, y admitamos también por un rato que no es posible compararnos con el resto de los mortales, la prueba PISA si permite compararnos con nosotros mismos. Y el resultado sigue siendo descorazonador. Desde el 2003 (primera evaluación uruguaya) a la fecha, la tendencia ha sido de una baja de nuestros resultados. Hoy estamos mucho peor que en 2003, y si nada hacemos, en 2015 estaremos mucho peor que hoy.
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Nuevamente salió a la palestra el tema de la educación. Y por suerte no escuché (al menos yo) a nadie hablar de la “herencia maldita”. Y bueno sería. Los chicos evaluados en 2012 rondaban los 14-15 años, por lo que ingresaron a la escuela hace unos 9 años, o tal vez 11 si consideramos los ciclos preescolares. Claramente no podemos hablar de herencia maldita. Tal vez por eso buscamos otros culpables. Para el Gobierno son las familias, para las familias son los docentes, para los docentes es el Gobierno, y para todos ellos, el Gran Bonete.
Como frutilla de la torta, el peor resultado se obtiene una vez en pleno rodaje la nueva Ley General de Educación (Ley 18.437 de 2009).
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Nuevamente salió a la palestra el tema de la educación. Y tristemente escuché a muy poca gente intentar aportar soluciones. No soy experto en el tema, pero ello no me inhibe a tirar ideas. Y no son pocas las que se me ocurren. En primer lugar, intentar un gran acuerdo nacional, el cual deberá ser protegido del bombardeo corporativo que pueda sufrir. A esto se le debería agregar algunas medidas para volver a centralizar la conducción de la enseñanza. No es aceptable que cada órgano desconcentrado haga lo que se le ocurra, y el organismo central no pueda tener injerencia directa en ninguno de ellos. LA POLÍTICA EDUCATIVA DEBE SER UNA POLÍTICA DE ESTADO, Y DEBE SER EL ESTADO QUIÉN DE LOS LINEAMIENTOS. No me parece mal darle participación a los gremios o a otros actores sociales, pero su participación debe restringirse a escuchar su opinión, pero nunca a decidir sobre las políticas a seguir. Podrán seguir existiendo órganos desconcentrados, pero con cometidos y potestades bastante más reducidas que en la actualidad. Incluso, creo conveniente que existan delegados (con voz pero sin voto) de la enseñanza media en los órganos de primaria y de la Universidad. Con esto tal vez logremos facilitar la coordinación entre las distintas etapas. Se deben hacer cumplir las reglas básicas y no favorecer (no importa lo noble de su intención) a quienes no llegan al nivel mínimo requerido, o asisten en forma esporádica. Se debe castigar a los padres de aquellos que no asistan. Se debe sancionar a aquellos docentes que faltan consetudinariamente (y que no siempre lo hacen en sus puestos de la enseñanza privada) y no, en cambio, premiarlos con premios por presentismo, y descuentos en cuotas, o participación en las “economías”.

En definitiva, DEBEMOS empezar a recorrer el camino de recuperar el gobierno de la enseñanza.

Clemenceau dijo que la guerra era un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los militares. Pues bien, la educación es un tema demasiado serio para dejarla únicamente en manos de los docentes.