sábado, 24 de octubre de 2015

La Ausencia del Presidente.

La Ausencia del Presidente.
Los puntos sobre las íes…

    Originalmente publicado en El Telescopio, http://eltelescopio.com.uy/la-ausencia-del-presidente/


            Van más de seis meses y que poco se le ha visto, y menos aún escuchado. Llama la atención.
            
         En su primera presidencia estableció una forma de actuar que se convirtió en su firma. Dejar hablar, dejar que las rencillas se den, que casi llegue la sangre al río, para finalmente, y desde el Olimpo, bajar la línea y dar por resuelto los temas haciendo primar su parecer. Se podría haber estado de acuerdo o no, pero era una forma clara de permitir que todos se sintiesen protagonistas para finalmente hacer lo que el entendía se debía hacer. Marcaba su autoridad y todos obedecían. En medio de decenas de batallas el hombre se iba de pesca un jueves y cuando volvía el lunes informaba de su opinión revelada y alineaba a todo el mundo. Y se terminaba la discusión. Recuerdo un solo tema que se le escapó por un rato (el aborto), pero finalmente terminó vetando parcialmente la ley, y todo el mundo chitón.

       Hoy el presidente sigue en el Olimpo, pero parece que se le cortaron las comunicaciones. Ni siquiera nos enteramos de sus expediciones de pesca… ¿o será que ya ni siquiera pesca?

    En estos meses que van desde marzo hasta la fecha ha habido verdes, pero ha habido muchas maduras, y no se le escuchó salvo  un par de veces. Y tuvo que meter una marcha atrás que por poco rompe la caja de cambios (léase Antel Arena o Decreto de Esencialidad de la educación).

            Y tal vez la prueba más reciente es la media sanción del Presupuesto. No logró mantener la mayoría y se mantuvo callado frente a la no aprobación de algunos artículos. Cierto que no eran fundamentales,… pero el quiebre se dio y nada se escuchó del Presidente.

            Tampoco nada se escuchó de él cuando le bajaron a la mitad los recursos del Plan de Cuidados, su buque insignia, el cual por cierto estuvo a punto de naufragar antes de zarpar. Y fue la mano salvadora del MPP quién (luego de amagar bombardearlo) le devolvió la mitad de la dignidad.

            Menos aún lo hemos escuchado referirse a lo que está saliendo a la luz de ANCAP. Tengo dudas, al menos por ahora, de la existencia de delitos, pero no me cabe ninguna en cuanto a lo inadecuado de las conductas que se están conociendo. Si bien es cierto que son del periodo pasado, cuando él estaba disfrutando de su PPS, no menos cierto es que uno de los principales voceros del gobierno – que incluso es integrante de otro poder del Estado y no del Poder Ejecutivo – es quien apunta como uno de los mayores responsables de esas conductas inconvenientes.

            Es cierto que a nadie le gusta salir a hablar de las cosas malas, pero también es cierto que tampoco lo hemos escuchado hablar de lo no malo. A simple modo de ejemplo, acá va una lista con alguno de los temas en que el presidente podría sacar pecho:
·         Seguimos siendo una isla de estabilidad en la región.
  •  Seguimos con una de las economías más equilibradas de la región.
  •  Seguimos con grado inversor y colocando deuda a tasas que envidian nuestros vecinos, y algunos que no lo son.
  •  Seguimos con una inflación de un dígito.
  •  Nuestra economía no ha entrado en recesión, a pesar de nuestros vecinos.
  •  Los medios todavía dicen lo que se les antoja sin miedo a que los clausuren o los desmiembren.

        Muchos temas pueden haber quedado fuera de la lista (de los verdes y de los maduros), pero lo que es claro es que el silencio del Presidente llama la atención.

          Yo quiero un presidente, y no un prescindente. Alguien que, dentro del marco de la Constitución y las leyes, mande. No quiero un poder disgregado, o siendo más preciso, un poder más disgregado que la natural separación de poderes. No quiero un gobierno en el que no se sepa quién es el que en última instancia corta el bacalao.


       En definitiva, no quiero un gobierno, y menos aún un Estado, en permanente estado de asamblea. Las épocas que se nos avecinan no serán sencillas. Necesitamos, todos, un Presidente presente, que marque el ritmo, que marque el rumbo, y que los ciudadanos de a pie sepamos por donde rumbea el barco. 

          Podré o no estar de acuerdo con el rumbo que trace, pero es mejor el desacuerdo en el camino que la ignorancia por el destino.

      Desahogado que fui, les digo hasta la próxima… si es que hay.


@dannyvile